viernes, 21 de noviembre de 2008

EL VALOR DE LA COMPASION COMO CONTRANATURALEZA





PRESENTADO POR:

NATASHA RESTREPO
NATALIA VILLANUEVA




INSTITUCION UNIVERSITARIA DE ENVIGADO
2008

EL VALOR DE LA COMPASION COMO CONTRANATURALEZA


A raíz de las diferentes inquietudes que nos deja los libros de Frederich Nietzsche “La genealogía de la moral” y “Crepúsculo de los ídolos”, hemos encontrado apasionante abordar el tema de la compasión y su importancia en el ser humano. Resulta interesante ver el contraste que sugiere el hecho de contraponer un valor que es aceptado socialmente, sobre todo por la influencia que ejerce el pensamiento católico en nuestra sociedad y que llega a considerarse como un elemento fundamental de todo “buen católico”, ante la visión de uno de los filósofos mas revolucionarios hasta el momento.

Para esto tomamos como referentes de “La genealogía de la moral”, el primer tratado “Bueno y malo” “Buena y malvado” y del “Crepúsculo de los ídolos”, los capítulos “La razón en la filosofía”, “La moral como contra naturaleza” y “Los mejoradores de la humanidad”, basándonos principalmente en la crítica que Nietzsche le hace a su gran maestro Arthur Schopenhauer, el cual en sus textos “Los dos problemas fundamentales de la ética” y “Metafísica de las costumbres”, expone el significado y la importancia que tiene para él la compasión en cuanto a valor no egoísta, a lo cual Nietzsche se opone radicalmente.

Nos interesa también mostrar como el valor de la compasión permanece profundamente arraigado en la civilización judeo-cristiana, valor que guarda un enorme poder de movilizar a los hombres hacia lo que ellos creen que es bueno para los demás y para si mismo, encubriendo así el hondo sentimiento egoísta que en realidad implica la compasión.
Cabe anotar que el tema a abordar puede generar grandes contradicciones en algunos lectores y/o personas simpatizantes de la compasión como valor fundamental, sin embargo nuestra intención es cuestionar que es lo que verdaderamente entendemos por compasión y hacia donde nos lleva o hacia donde queremos llegar cuando decimos tener compasión hacia algo o mas específicamente hacia alguien.

Diariamente vemos personas practicando el acto de la compasión, es normal ver en el diario vivir dar limosna ya sea en la calle o en la iglesia católica con los mencionados diezmos, vemos gente hacer favores a los más “necesitados” o escuchamos palabras o frases de sentimientos de lástima por alguien que esta pasando por una mala situación o que muestra cierta imagen de inferioridad, de incapacidad para hacer algo.

El trabajo expone en primer lugar que se entiende por compasión en la tradición judeo-cristiana, en segundo lugar se muestra como para Arthur Schopenhauer la compasión es todo acto o valor[1] de lo no-egoísta y en tercer lugar la interpretación que Nietzsche le hace a ambas definiciones, en las cuales descubre una vez mas que la moral es una contranaturaleza.





EL VALOR CRISTIANO DE LA COMPASIÓN.

Dentro de la visión judeo-cristiana, la compasión adquiere el estatus de valor que se define como “todo sentimiento de comprensión y de cierta forma de lástima que se tiene hacia alguien que se ve indefenso ante alguna situación”[2], sentimiento que de cierta forma lleva a aliviar un deseo de ayuda y a reducir el sufrimiento del otro. Conocemos que desde la antigüedad se practica el acto de la compasión como creencia cristiana, uno de los ejemplos mas claros que tenemos es la siguiente historia bíblica: “ Un buen samaritano ayuda al judío que encuentra tirado en un camino con heridas y sus ropas rasgadas después de un asalto, dice la historia que los samaritanos no eran aceptados por los judíos, sin embargo, el samaritano no dudó en ayudarlo y llevarlo a un lugar seguro para que se recuperara de sus heridas luego de que otro judío y un levita lo ignoraran en el camino”.[3]

Vemos entonces que desde siempre se ha sugerido un tipo de vida adaptado a lo que Dios quiere de los hombres o a lo que Dios enseña, reforzado con las palabras de su máximo profeta Jesús, cuya enseñanza se puede resumir en “amar al otro como a si mismo”, es así como los evangelios se encuentran repletos de actos y relatos compasivos, donde constantemente se le expresa a sus seguidores la clave para obtener la salvación, solo aquel que es capaz de poner al otro antes que a si mismo, que es capaz de despojarse de sus bienes materiales, que no duda a la hora de tenderle la mano a su prójimo, entre otras, será bienvenido al reino de los cielos

Es desde este momento que se instaura en el pensamiento cristiano propiamente dicho la noción de compasión, ya no solo como acto sino también como factor determinante en el proceso de salvación de cada uno, cada acto de esta índole pasaría a obtener una recompensa tal vez no de tipo material pero si espiritual.

En una sociedad tan permeada por los principios católicos como la nuestra, es común encontrar el acto de la compasión incorporada en el día a día, puesto que se tiene el pensamiento de que solo los bondadosos (compasivos) son merecedores de estar sentados a la derecha de “Dios padre”, convirtiendo esto en un acto voluntario (casi forzado por la posibilidad de obtener una recompensa), mientras que en otras culturas vemos como este valor es implantado como norma dentro de los parámetros culturales y religiosos, un ejemplo claro es la comunidad Musulmana, a la cual se le es obligado ayudar al prójimo sin importar su condición o raza; para los Hinduistas es una cuestión de Karma, puesto que los actos buenos son recompensados, mientras que los malos son castigados, sea en esta vida o en la próxima.

LA COMPASIÓN COMO VALOR DE LO NO EGOÍSTA
Sabemos que Arthur Schopenhauer catalogó la compasión como una virtud, como el valor de lo no egoísta, como lo mas divino, como lo que nos hace mas buenos y mas puros, puesto que la compasión la define como “Toda virtud verdadera, por tanto el conocimiento que supone es un recuerdo de que todos somos uno y el mismo ser”[4]. Virtud con la que se nace, puesto que no se puede aprender, ya que hace parte del carácter.

Según Schopenhauer el generoso que perdona al enemigo y responde al mal con el bien, es sublime y recibe la máxima alabanza, porque reconoció su propio ser donde niega decisivamente su identidad, es decir, todo aquel que tenga compasión hacia los demás, se liberara de todo mal, de toda presión que lo llevara a una mala vida.

La práctica de la compasión no sugiere más que aliviar un sufrimiento, mas no erradicarlo, como menciona Schopenhauer “Gracias a todos los deleites que nosotros mismos nos procuramos, no podemos sino liberarnos de un sufrimiento, es evidente que tampoco somos capaces de hacer otra cosa por los otros y solo aliviamos sus sufrimientos, siendo esto algo a lo que solo puede movernos el conocimiento de su sufrimiento; de ahí que el practicar la bondad, el afecto o la generosidad para con los demás solo suponga un alivio para su sufrimiento y, por consiguiente, lo que nos mueve a las buenas acciones o a las obras de caridad no es sino el conocimiento del sufrimiento ajeno”[5], es decir, la compasión o cualquier otro acto de bondad no es mas que un intento de mitigar el sufrimiento nuestro reflejado en el ajeno, es por eso que es de gran importancia reconocer el sufrimiento propio así como el sufrimiento de los demás, para poder brindar un alivio mas no una solución.

Aunque Schopenhauer es un defensor de la compasión, invita a la práctica de dicha virtud con amor genuino para que no se convierta en egoísmo, o sea en amor impuro, lo anteriormente citado podría sin duda alguna sugerir que la práctica de la compasión invita a estar al acecho por así decirlo, de que alguien se encuentre en alguna situación precaria para entonces entrar y demostrar que se posee la gran virtud, y que se es digno de alabanza, todo esto en pro de una recompensa que para los cristianos es bien sabida y para nada fácil de olvidar, pues el constante deseo de ser protagonistas en la realización de toda clase de bien hace que la práctica de la compasión sea el pan de cada día de estos enfermos en busca de una cura inalcanzable. Mirar al otro con lástima, ayudar por caridad, querer sacar al otro de la desgracia, no son más que sentimientos que mezclados con enseñanzas cristianas tales como dar con amor, con sinceridad, con desprendimiento para lograr el fin, crean un actuar egoísta en busca de la aprobación a costas de denigrar aun mas al que ya se tiene pisoteado.

Relacionando estas dos definiciones vemos como para ambos expositores la moral de la compasión es cuestión de afectividad buena o mala pero afectividad, ya que cuando el compasivo ofrece su ayuda al necesitado tiene un acto afectivo en el hecho realizado o en la ayuda ofrecida y cuando Schopenhauer dice que todos somos uno y el mismo ser también muestra un acto de afectividad, ya que para cumplir con este objetivo es necesario amarnos, entendernos y valorarnos los unos a los otros. Lo que pretende la sociedad de cierta forma con la compasión es satisfacer una necesidad que el otro es incapaz de suplir, donde se tiene que combatir todo acto egoísta con la piedad y con el reconocimiento de la igualdad de los seres humanos donde se es necesario según la religión, de que todos hagamos parte de esto, cosa que no comparte Schopenhauer, pues es un intento de transformar un carácter innoble seria una empresa similar a la búsqueda de la piedra filosofal, seria como encontrar la manera de convertir a cada hombre en un ser virtuoso.


EL VALOR EGOÍSTA Y DEGRADANTE.

Nietzsche por su parte muestra que la compasión es todo acto egoísta, posicionándola como una forma de auto sacrificio y auto engaño, además el señala aquellos que la practican como débiles y a los que la reciben como degradados. Para Frederich Nietzsche “la compasión esta llena de orgullo, ya que esta es una de las virtudes tramposas de la humanidad, que de una u otra forma necesita de la miseria ajena para sobrellevar la propia, pues es el dolor ajeno el que propia al compasivo el sentimiento de superioridad con respecto al otro”[6].

Nietzsche ve en la compasión el gran peligro y el síntoma más inquietante de la humanidad, su última enfermedad haciendo reblandecer los sentimientos y convirtiendo a los humanos en seres depresivos, llenos de sufrimiento, condenados a tener una vida llena de fracasos e incomprensible. Según el escritor, la compasión está en contradicción con las emociones tónicas que elevan la energía del sentimiento vital, con la compasión crece y se multiplica la pérdida de fuerzas que en sí el sufrimiento aporta ya a la vida.

Con la compasión se puede llegar a una pérdida complexiva de vida y de energía vital, que está en una relación absurda con la importancia de la causa, como Nietzsche nos expone en su libro el crepúsculo de los ídolos: todo aquello que existe en el universo debe ser causa de si mismo, cosa que esta totalmente errada ya que no todo debe tener una causa no todo puede tener un porqué, es por esto que la verdad y la mentira se da a partir de lo útil, de lo conveniente y en este caso el camino de la compasión es lo que le conviene a todo cristiano para alcanzar el reino de los cielos, para ser perdonado, para ser visto como aquel mortal que está dispuesto a seguir en la tierra la tarea de Dios.

Es por esto que para Nietzsche la compasión no solo es decadente sino también un estorbo, un obstáculo para la sociedad y en gran medida para la ley de la evolución, es decir, la ley de la selección, ya que conserva lo que esta pronto a perecer, combate a favor de los desheredados y de los condenados de la vida, pero mantiene en vida una cantidad de fracasos de todo linaje, da a la vida misma un aspecto hosco y enigmático.


Nietzsche en su libro el Anticristo comparte la idea aristotélica expuesta por él mismo, en cuanto a la visión de la compasión como un estado de ánimo morboso y peligroso, que fuera bueno tratar de cuando en cuando con un purgante, tesis que comparte totalmente Nietzsche en su libro el anticristo , pues los dos ven en la compasión ese instinto depresivo y contagioso que dificulta aquellos instintos que tienden a la conservación y al aumento de calor de la vida, tanto en calidad de multiplicador de miseria, cuanto en calidad de conservador de los miserables, el cual es el instrumento capital para el incremento de la decadencia, es decir, la compasión nos encariña con la nada, nos lleva a un nihilismo profundo.

Nietzsche expone en el capitulo “La razón en la filosofía” de su libro Crepúsculo de los ídolos, que intentar dividir el mundo entre el efecto de lo que es la realidad y lo que seria aparente, no es mas que el efecto de una vida en decadencia que intenta escapar de su realidad, es por esto que todo compasivo está en un constante desagrado ya que solo basa su vida en creencias, donde todo lo que hace tendrá una “recompensa” que es estar sentado a la derecha del padre todo poderoso.


EL VALOR DECRADANTE EN CONTRAPOSICION DEL VALOR NO EGOÍSTA.


Retomemos pues las tres definiciones anteriormente expuestas y veamos en que se contraponen: la visión judeo – cristiana de la compasión como sentimiento de comprensión y lástima que se tiene hacia alguien indefenso; la visión de Schopenhauer como el valor de lo no egoísta y la visión de Nietzsche como valor egoísta.

Anteriormente resaltamos la relación existente entre las dos primeras visiones, donde cabe destacar el hecho de que para ambas la compasión se tratar de tener la virtud de ayudar a subsanar el sufrimiento del prójimo.


A esto Nietzsche expone “Nada nos causa menos envidia que la vaca - moral y la grasosa felicidad de la buena conciencia”[7], la compasión, es ese regocijo de ser mas humanos, de ser mas bondadosos solo deja al descubierto la gran necesidad de quedar por encima del otro, de sentir esa paz interior que por desgracia para el cristiano no la puede sentir nadie mas que él en ese momento, es un vanagloriarse ante los demás, ya que como menciona él, la práctica de la compasión degrada al que la recibe y pone en alto al que la practica.

Mientras que para Schopenhauer y el judeo – cristianismo la compasión es sinónimo de ayuda y de caridad, para Nietzsche es sinónimo de moral, de desgracia, depresión y enfermedad, el compasivo no solo llena su vida de espera sino también de una verdad imaginaria, como menciona en su libro Crepúsculo de los ídolos, en el capitulo “Los mejoradores de la Humanidad”: La moral y la religión no son mas que visiones del mundo, dado que no existen hechos morales, son solo interpretaciones erróneas, en estos casos los conceptos que son tomados como “verdades” no son más que imaginaciones, puesto que carecen del concepto de lo real, es decir, es solo una forma de hablar, una forma de construir realidad.

Mas allá de que podamos considerar a cualquiera de estas posiciones, una mas meritoria que otra, seria mas valido mirar como se aplica la noción de compasión en la actualidad en el plano social. En un mundo invadido por el capitalismo, causante de las evidentes diferencias sociales predominantes, donde unos tienen mucho y otros no tienen ni siquiera lo suficiente para vivir de una manera medianamente digna, la compasión es un fenómeno económico funcional, donde el multimillonario filántropo a amanera de compensación por su fortuna intenta devolver algo a los “desposeídos”. A nivel mundial abundan los organismos y fundaciones encargadas de repartir el capital por los países más pobres, todo en un pos de satisfacción social e incluso religiosa.

Pero el otro lado de la moneda no es menos desalentador, aunque no se puede juzgar la intención de aquellos que hacen los donativos, estas medidas son solo un pequeño salvavidas en un océano de miseria, crea un círculo de dependencia, convierte a las personas en parias que esperan a la mano salvadora que ha de arrojar unas cuantas migajas con las que mitigar el hambre.

Sería válido pensar que en un mundo donde los poderosos acumulan ganancias por cantidades astronómicas, el destino de aquellos “pobres” no fuese otro que el de la extinción. Pero la existencia de ideologías como lo son el pensamiento católico, lo que hacen es cohesionar, hacer sociedad, hacen posible el sobrevivir en conjunto, y hacen que, como en el caso de nuestra sociedad, a través de las “buenas intenciones” de los demás puedan sobrevivir algunos a los que se puede considerar “desposeídos”.






BIBLIOGRAFIA



NIETZSCHE Federich, “Crepúsculo de los ídolos”. Alianza editorial S.A, Madrid (España) 1984

NIETZSCHE Federich, “La genealogía de la moral”. Alianza editorial S.A, Madrid (España) 2005

SCHOPENHAUER Arthur, “Los dos problemas fundamentales de la ética” .Editorial Trotta S.A, Madrid 2001

SCHOPENHAUER Arthur, “La metafísica de las costumbres”. Siglo XXI de España editores S.A, España 2002

Watch tower society, “Mi libro de historias bíblicas”


1 Entendemos como valor toda aquella virtud o actitud que tiene un ser humano que sobresale por esto.

[2] Tomado del sacerdote Rodrigo Puerta. Parroquia Villas del Carmen.

[3] Watch tower society. Mi libro de historias bíblicas , Parte 6, P 95
[4] SCHOPENHAUER, Arthur. Los dos Problemas fundamentales de la ética, P 93
[5]SCHOPENHAUER, Arthur. La metafísica de las costumbres, capitulo8, P 153
[6]NIETZSCHE, Federich, La genealogía de la moral, tratado primero Bueno y malo, Bueno y malvado.
[7] NIETZSCHE, Federich, El crepúsculo de los ídolos, Cap. La mora como contranaturaleza, N 3

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